miércoles, 17 de diciembre de 2014

Rajoy o el avestruz iberico

Inició este nuevo blog con el personaje que mejor ilustra la situación de nuestra nación, y no podía ser otro que el Presidente del Gobierno. El Sr. Rajoy simboliza mejor que nadie el desconcierto y la incertidumbre de un país a la deriva, un país sumido en una profunda crisis y no sólo económica, crisis social, crisis de identidad, incluso se podría hablar de crisis emocional. Un país que paso del "éxito engañoso" de la era Aznar a un estado de colapso total, los porqués a este rápido devenir en nuestra reciente historia deberían ser ampliamente analizados, pero hoy no es el caso que nos ocupa. Llegados a este desastroso punto, donde el desengaño, el enfado y la frustración de los españoles se encuentra en elevadas cotas, donde la dinámica general del desanimo y la negatividad fácilmente nos harán caer en la tentación del derrotismo o lo que es peor, acercarnos peligrosamente a posturas radicales e irracionales, en este punto es donde quien nos lidera debe ser el más fuerte, dirigiendo no sólo una recuperación económica, también social y emocional. La más que generalizada corrupción y la obcecada obsesión por una dudosa gestión de la crisis, han acentuado la percepción del ciudadano de un total abandono de sus dirigentes, personificando ese desamparo en el Sr. Mariano Rajoy. Si bien nunca tuvo un auténtico perfil de líder y si de gestor, en estos tempestuosos días, su inexplicable falta de empatía con sus ciudadanos, la desquiciante negación de nuevos movimientos sociales y políticos, su desesperante inmovilismo ante graves problemas y realidades, y por ultimo la proyección de una imagen cobarde ante las nefastos acontecimientos que cada día sacuden a nuestro país, le alejan cada vez más de ser la persona que los españoles necesitan guiándoles por la dura senda de la recuperación. Desgraciadamente, el Sr. Rajoy ya ni esta ni se le espera, puesto que habitualmente o desaparece de la imagen pública o llega tarde y mal.
En nuestro país se ha puesto de moda hablar de regeneración política, y resulta paradójico que lo hagan desde los partidos de siempre, El Sr. Rajoy entre ellos. Hay quien les denomina "casta" prefiero eliminar la T y colocar una P para ese calificativo. España no necesita esta perenne clase de profesión política y apáticos corporativistas del poder, nuestro país está cambiando y esta ávido de líderes honestos, personas con vocación no política y si de liderazgo ciudadano, capaces de motivar e ilusionar de nuevo a la población ante una devaluada idea, la abstracta idea de una España prospera... para todos.


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